Los implantes dentales son una de las mejores opciones si has perdido un diente y quieres reemplazarlo de manera más duradera y funcional. Puede que el proceso suene complicado al principio, pero te aseguro que es un proceso bastante común y sencillo.
En este artículo te explicaremos paso a paso cómo se pone un implante dental para que sientas mayor seguridad a la hora de decidirte por este tratamiento y puedas disfrutar de todos sus beneficios.
¿Qué es un implante dental?
Un implante dental es, simplemente, un pequeño tornillo de titanio que se inserta en el hueso de la mandíbula o el maxilar para sustituir la raíz de un diente perdido. Sobre este tornillo se coloca una corona (la funda que imita la forma anatómica de un diente natural) para recuperar tanto la función como la estética.

Lo bueno de los implantes es que no solo lucen naturales, sino que también ayudan a mantener el hueso sano, algo que no ocurre con otros tipos de prótesis dentales.
¿Cómo se pone un implante dental?
El proceso de colocación de un implante dental se compone de varias etapas, cada una diseñada para que todo salga bien y el resultado sea duradero. Estas son las fases principales del tratamiento:
1. Consulta inicial
Primero, necesitamos realizar una evaluación del estado de tus encías, dientes y hueso para asegurarnos de que el implante dental es una buena opción para tu caso. En esta consulta:
- Revisamos detalladamente la zona donde falta el diente.
- Tomamos radiografías especiales con un TAC para medir la calidad y cantidad de hueso.
- Si no hay suficiente hueso o hay algún problema, se diseña un plan para solucionarlo antes de continuar.
Esta primera etapa es clave porque asegura que todo lo demás vaya sobre ruedas.

2. Tratamientos previos al implante
No todas las personas tienen la cantidad de hueso suficiente para colocar un implante. Esto pasa si el diente se perdió hace mucho tiempo o si hubo alguna infección que dañó el hueso. Si este es tu caso, hay soluciones:
- Injerto óseo: Se añade hueso, ya sea del propio paciente o un material sintético, para reforzar la zona.
- Elevación del seno maxilar: Si el implante va en la parte superior de la mandíbula y no hay suficiente hueso, se eleva la membrana del seno maxilar y se coloca hueso adicional.
Estos procedimientos son necesarios para que el implante tenga una base sólida y dure más tiempo.
3. Colocación del implante
Aquí es cuando se coloca el tornillo de titanio en el hueso. El procedimiento se hace con anestesia local, así que no hay dolor, aunque es algo normal sentir experimentar algo de molestia después. Los pasos son estos:
- Limpiamos y preparamos la zona.
- Realizamos una pequeña incisión en la encía para acceder al hueso.
- Con herramientas especiales, se perfora el hueso para colocar el implante.
- Insertamos el tornillo en el hueso y se asegura en su sitio.
- La encía se cierra con puntos de sutura.
La colocación de un implante dental suele durar entre 30 minutos y 1 hora por implante. Es rápido, y aunque el término «cirugía» pueda sonar intimidante, no es tan invasivo como podrías pensar.
4. Cicatrización y osteointegración
Después de la cirugía, el implante necesita tiempo para integrarse con el hueso. Esto se llama osteointegración, y puede tardar de 3 a 6 meses. Durante este período:
- Tu cuerpo «adopta» el implante como si fuera parte del hueso.
- Revisamos que todo esté cicatrizando correctamente.
- Si es necesario, puedes llevar una prótesis temporal para mantener la estética mientras esperas.
Este paso es el más largo, pero también el más importante. Es lo que garantiza que el implante sea estable y funcione como un diente natural.
5. Colocación de la corona
Una vez que el implante está completamente integrado, llega el paso final: poner la corona dental. Este es el diente artificial que ves y usas. El proceso es el siguiente:
- Se coloca un pilar en el implante, que conecta el tornillo con la corona.
- Se toma un molde o se hace un escaneo digital de tu boca para fabricar una corona que encaje perfectamente.
- Se ajusta la corona y se fija al pilar.
El resultado es un diente que luce natural y te permite comer, hablar y sonreír con total confianza.
En resumen, el proceso de colocación de un implante dental requiere un tiempo razonable para garantizar la seguridad y el éxito del tratamiento. Sin duda, merece la pena este proceso (que es menos de lo que parece cuando lo experimentas) por recuperar la funcionalidad de la sonrisa y preservar la salud de la sonrisa.
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